Castelnuovo: cuando el valor español desafió a 50.000 otomanos
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🛡️ Castelnuovo: cuando el valor español desafió a 50.000 otomanos
¿Sabías que 3.500 españoles plantaron cara a todo un ejército otomano en Castelnuovo?
Una batalla olvidada. Una camiseta para recordarla.
La resistencia imposible de los Tercios
En pleno siglo XVI, en los años de oro del Imperio Español, los Tercios no solo eran soldados: eran una forma de entender el honor, el combate y el mundo. En 1539, una guarnición de apenas 3.500 hombres —el Tercio Viejo de Sarmiento— defendió la ciudad de Castelnuovo (hoy Herceg Novi, Montenegro) frente al coloso del Imperio Otomano.
Y lo hicieron hasta el último aliento.
¿Qué se jugaba en Castelnuovo?
Más que una ciudad: se jugaba el control del Mediterráneo oriental. Castelnuovo era una pieza clave entre Viena y Estambul, un punto estratégico para el comercio y la seguridad de Europa.
El 18 de julio de 1539, el temido almirante turco Barbarroja aparece con una flota gigantesca y 50.000 hombres. De ellos, 4.000 eran jenízaros —la élite otomana. Enfrente: los Tercios, sin esperanza de refuerzos, pero con algo más poderoso que los números: una voluntad inquebrantable.
Barbarroja ofrece rendición honrosa. La respuesta española entra en la historia:
“Que viniesen cuando quisiesen.”
La encamisada: noche, fuego y acero
Durante días, los españoles resistieron oleadas de ataques. Solo el 24 y 25 de julio, los otomanos perdieron más de 6.000 hombres. Y entonces, la noche del 26, llegó el golpe inesperado: una encamisada —el ataque sorpresa nocturno que da nombre a nuestro proyecto.
600 españoles se infiltraron en el campamento turco causando el caos. Barbarroja tuvo que refugiarse en sus galeras. No estaban derrotados, estaban rabiosos.
La caída de Castelnuovo (y el legado que quedó)
Día tras día, la ciudad fue cayendo a pedazos. Pero los españoles no se rindieron. El 7 de agosto, ya sin murallas ni esperanza, apenas 600 seguían combatiendo cuerpo a cuerpo con espadas y picas. Solo sobrevivieron unos 200. Barbarroja, furioso por haber perdido 25.000 hombres, ejecutó a la mitad. El resto acabó como esclavo en Constantinopla.
Años más tarde, un barco llegó a Messina con 30 de esos prisioneros escapados.
Una derrota que enseñó a Europa a luchar
Castelnuovo no fue una victoria, pero sí una lección. La furia española, la resistencia, la disciplina y el valor demostraron al mundo lo que eran capaces de hacer los Tercios. Su memoria dio forma a una alianza más fuerte en el Mediterráneo… y a una leyenda.